COLD WAR, la guerra fría de ZULA
El director de IDA regresó a Cannes 2018 con COLD WAR, para llevarse la palma de oro a mejor director, premio merecido por escenas aisladas aunque no por el conjunto. A diferencia de IDA, COLD WAR logró crear una mayor conexión conmigo, sé que el director es frío, más no voy a negar que en esta ocasión, sus esfuerzos tienen más potencia desde el primer plano que en la película anterior de su filmografía. Una supuesta campirana en POLONIA, audiciona para ser cantante y bailarina en el grupo artístico del gobierno comunista en los años 40s y 50s. Un amorío surge entre ella y el director del grupo, que trasciende el duro carácter de ella y la guerra de una manera extraordinaria y a veces, a la vez enfermiza.
No soy muy resistente a ver películas de los amores pasionales aunque sorpresivamente, PAWLIKOWSKI logra pasajes que evocan películas de hace cuarenta, cincuenta años, aquellos días donde se amaba frenética y románticamente sin considerar el amor propio. siendo lo único que importaba, la relación amorosa entre los personajes y el cruel destino en su contra, que en este caso, es la guerra, lo cuál parece realista.
Digo lo mismo que con THE FAVOURITE, películas altamente estilizadas con buenas intenciones, sin embargo en esta temporada de premios, me quedo con SHOPLIFTERS y LAZZARO FELICE, e incluso la sobrevalorada ROMA. Puedo decir que si algo amo de COLD WAR, es que pude empatizar con ZULA, la protagonista, una mujer que es dura por la guerra y su situación particular, juzgada como difícil y posiblemente asesina, pero es el exterior y su sobrevivencia, la que cruelmente la han hecho de caparazón duro, una piel que solo su amado WIKTOR pudo penetrar.
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