La casa que Lars construyó (THE HOUSE THAT JACK BUILT)
La lista de las mejores películas del 2018 fue muy corta este año, por no decir casi ausente. Sólo Bruno Dumont, Lars Trier, PT Anderson, un par de asiáticos y un montón de desconocidos entraron a ella, hecho que hizo que me lanzara a ver THE HOUSE THAT JACK BUILT. No creo que MELANCHOLIA y NYMPHOMANIAC sean malas películas pero el director de BREAKING THE WAVES y RIGET parecía haber muerto en vida, con ese elemento subconsciente que hacía brillar su obra. La última gran obra a mi parecer era ANTICHRIST y después se sumió en un letargo de películas interesantes pero aburridas.
Así comienza su última película, con escenas de crueldad innecesaria que se extienden por más de dos horas donde la único que rescato es a MATT DILON en el papel de su carrera y a RILEY KEOUGH, en un film donde parecía ser una película más en la línea de GASPAR NOE o "Una película serbia". Las digresiones me resultan un poco aburridas a excepción de algunas aunque escuchar FAME de David Bowie me regresó a los buenos tiempos de DOGVILLE y la subestimada MANDERLAY.
Justo cuando la película alcanza una oscuridad áspera del tipo de su antecesora, la película comienza a componerse en el quinto acto, y para el epílogo, resucita el LARS VON TRIER de ANTICHRIST y RIGET, mejor que nunca todo comienza a cobrar sentido después del tedio oscurantista, demostrando uno de los mejores finales en su filmografía. Me encanta la idea de que premien a RAMI MALEK por Rapsodia Bohemia, pero de verdad MATT DILON hace un papel extraordinario del que no pudo ser premiado en Cannes, tal vez porque la película estaba fuera de competencia (Fue un año terrible en Cannes a excepción de esta película "non grata"). Todo lo que siempre espere del actor, está ahí, y casi todo lo que solía admirar del danés, está ahí, de nuevo al fin, después de 9 años de que su carrera se ralentizó y se fue a lugares que me parecen significativos pero sin la magia y las vueltas de tuerca, a las que nos tenía acostumbrados.
David Lynch salvó el 2017 con su secuela de TWIN PEAKS en forma de serie y Lars von Trier salvó el 2018, con su ilustración pesimista y a momentos única, sobre la psicopatía, el narcisismo, la falta de fe, la ausencia de DIOS y la pérdida de sentido en la vida.
P.D. No comparto el punto de vista pesimista del director, creo que la depresión y el alcohol lo hacen pensar y escribir así (no es realismo ni espiritualidad), a diferencia de Lynch, con quien sí comparto algunas de sus ideas/creencias/puntos de vista sobre la luz y su contraste. Sin embargo, el arte no tiene que ser verdad ni luz, Trier sabe como contar una historia y en esta ocasión lo hizo muy bien.
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