Vuelve la noche pagana

Miento y salgo de casa,
me daba con una explicación sencilla
pero la noche siempre está llena de sorpresas.

Recuerdo haber pecado,
confundido y con música de fondo.
Había un laberinto a la salida
y no me preocupé de eso,
después caigo en la cuenta
que ya estoy ebrio
y llego al trabajo,
un tanto satisfecho
pero brutamente entorpecido.

Después veo que me miran
y evito dar cortejos.
Quiero probarme a mi mismo
y entro al bar con dos botellas,
salgo a la media
después de ver bailar a la ninfa
y aburrirme de mis actos.
Ceno algo y encuentro a mi pequeña,
cenando antes de alcoholizarse
lejos de su novio puedo mirarla de cerca.

Me río y se ríe,
nos miramos un poco
pero ya sin miedo,
le doy mis ojos
y vuelvo al trabajo.
Ahora perdido,
podría jurar que fuí yo
quien salió esa noche
y que me liberé sonriéndole,
y me liberé buscando miradas
pero la verdad está aún lejos
y tengo siempre en mi mente
a la pequeña y al escudero.

Vuelven las noches paganas
como cuando participaba
entre lobos y carneros.
La claridad es difusa
aún cuando un gato blanco
me indicó el sendero.
¿Seré lobo disfrazado de carnero?

Recuerdo haber escuchado
las canciones que me diste
y haberme alegrado en tu salud.
Recuerdo haberla visto conmigo
pero eso aún es un sueño.
Mas miedo me daría
ser parte del sueño
y no saber resolverlo.



A la pequeña y al escudero
Junio 6, 2004